... y de arcanos: el lenguaje de los oros

L a entrega de Güido me inspiró. No tenía pensado volver a participar hasta dentro de un par de semanas, al menos. El tiempo no sobra y las energías escasean. La vida moderna nos deja grietas entre paredes globales por las que podemos escaparnos a otros mundos a reflexionar. Entre las grietas a veces se quedan atrapadas las ganas de hacer más o descansar más. El tiempo y el espacio se han vuelto últimamente cada vez más finitos haciendo gala de que el tiempo es ...






En realidad es como la navidad que cada año llega antes a los grandes almacenes. En el supermercado que tengo frente a casa, y donde voy a comprar, ya están las estanterías luciendo turrones, mazapanes, papánoeles de chocolate, peladillas, higos secos, etc., etc. Y eso que estamos pasando aquí en España y particularmente en Barcelona por un otoño de altas temperaturas dignas del verano: todos vamos en manga corta y con ganas de fresco, castañas asadas y chocolate caliente. En fin, todo esto para decir que el tiempo no acompaña a las ganas y me parece que eso es el ritmo de nuestro tiempo. :-)

Volviendo a lo nuestro: esto lo que tiene un blog que acaba de nacer, que quieres dedicarle todo tu esfuerzo y cariño para que siga creciendo sano y fuerte. Así que sin que sirva de precedente voy a escribir más; me gustaría comentar algunos aspectos más sobre los arcanos menores.

Tal como afirma Güido en su entrega, cada uno de los palos de los arcanos menores representa una fuerza. Detengámonos un poquillo en ellas. Voy a empezar por los oros. ¿Por qué? Pues porque son cartas que me gustan y porque creo que este blog nace bajo el signo del As de Oros que es una hermosa carta que habla de aquella luz especial que todos tenemos y que se materializa en algo concreto. El As de Oros es una oportunidad de darle forma a algo y de generar. Además es un símbolo del ser humano. Bonito, ¿verdad?

El lenguaje de los oros

Representan la fuerza de la vida y por lo tanto están asociados al elemento tierra. A la tierra pertenece todo lo que crece, todo lo que palpita, todo lo humano. El simbolismo es antiguo y está más asociado a la forma circular que al valor del metal precioso, tan circular como el planeta que nos nutre. No podemos entender este oro como una acumulación de dinero, sino como una materialización de lo sagrado: lo que en definitiva es el ser humano en las tradiciones judeocristiana, budista.

Cuando aparecen muchos oros en una consulta, podemos deducir que se trata de alguien o de una situación que puede ser comprendida fácilmente. O al menos eso es lo que le parece al consultante, seguramente estará de acuerdo en ello con nosotros. Este palo señala las cuestiones más mundanas y a personas que son eficientes, que hacen gala de su sentido común, que se consideran realistas, bien organizados, aman la seguridad, aprecian el valor del dinero. Tienen, en definitiva, como un don para ejecutar orden a partir del caos. Son excelentes gestores.

Si tuviera una empresa, pondría de directores de gestión a un par de oros. No se trata sólo de personas prácticas sino que se sienten muy cómodos con su cuerpo, con las cosas en general, manejan el dinero y las responsabilidades con una facilidad pasmosa. Lo que es de la tierra se les da bien. ¡Todo lo contrario de una persona más intuitiva! Puede que incluso les cueste mucho entender a quines prefieren ocuparse de cuestiones menos materiales como la poesía, la filosofía o los sentimientos en general. Un ejemplo podría ser el padre de tipo oro le dirá a su hijo de tipo copa que está perdiendo el tiempo con ciertas tonterías.

Si hay alguien capaz de realizar sus deseos, ése es un oro. Quien busque un amor romántico deberá fijarse en la combinación de los oros con las copas porque nos estarán hablando del sensualista feliz, el padre o madre afectuosos, el amante atento, el protector de la naturaleza y de la belleza en general. Un tipo mezcla de oros y espadas es diferente, muy fiel, pero más que a su pareja se dedicará a su trabajo, a investigar o a pensar en dar soluciones a nuestros problemas, lo cual no está nada mal con los tiempos que corren.

Pero... lástima que siempre hay un pero, ¿verdad? Un momento con muchos oros también señala que no nos estamos dando permiso para jugar ni ser un poco niños y que no llegamos a ver las conexiones entre los hechos. Cuando tenemos oros frente a nosotros, brillan tanto que nos deslumbramos y puede que no seamos capaces de ver más allá, de hacer conexiones intuitivas. Por lo tanto puede que nos asalten temores irracionales que nacen de un cierto vacío interior. Jamás hay que decirle a un oro que se fíe de sus instintos porque se perderá. Los árboles no le dejarán ver el bosque. ¿Por qué? Pues debido a diferentes posibilidades:

• puede que se trate de alguien que adapte su manera de comportarse a las expectativas del medio que considere adecuadas (nunca gritará ni se comportará de manera inadecuada);
  
• puede que le cueste muchísimo aceptar el caos (intentará ordenar tu vida siempre que pueda);
  
• puede que no crea en aquello que no puede tocar ni ver (no entenderá a un tipo copas que necesita entender las profundidades del ser).

Será importante "tantear" al consultante en este sentido para ayudarle a entender y aprehender de la situación que está viviendo. Sólo hablando el mismo lenguaje del consultante podremos tenderle una mano para que viaje con nosotros dentro del mapa de su situación para comprenderla y ampliar su visión. Si hablamos el mismo idioma el viaje resultará mucho más provechoso.

Jimena :-)